Tarta de queso riccotta, espárragos y tomates

Llevaba tiempo queriendo preparar este queso riccotta, pero por un motivo u otro al final siempre quedaba relegado a la carpeta de recetas pendientes. El sábado trabajé, y cuando por la tarde fuí al super,  de repente reparé en la leche fresca y me acordé de él y  me dije, de hoy no pasa y dicho y hecho.

El queso riccotta es similar al requesón, es algo insípido pero se convierte en un ingrediente fantástico tanto en platos dulces como en salados. Su elaboración es muy sencilla y se puede hacer tanto con leche entera como desnatada, en mi caso lo he querido enriquecer con nata, para dar una textura mas cremosa.

Aunque por sí solo me parece una receta estupenda, he querido preparar una tarta salada en el que el queso riccotta fuese uno de sus principales protagonistas, y este ha sido el resultado.

Ingredientes:

Queso riccotta.

• 1 l. Leche fresca
• 200 g. Nata líquida
• 1 Cucharita de sal
• Zumo de 1/2 limón

Elaboración:

Ponemos la leche en una olla junto con la nata y la sal, y llevamos a ebullición, cuando comience a hervir retiramos del fuego y añadimos el zumo de limón, removiendo con una cuchara de madera.

Dejamos reposar y al cabo de unos minutos, la leche se empieza a cortar y ha aparecer grumos, en ese momento, ponemos una gasa fina en un colador y procedemos a filtrar el suero. Dejamos escurrir unas horas
 en la nevera, y ya estará listo para consumir.
La tarta la he preparado sobre la marcha, he visto que me quedaban hojas de pasta filo de una receta anterior y que tenía unos esparragos y unos tomates y me he decantado por preparar una tarta suave y colorida, muy apropiada para esas cenas informales de primavera o verano.

Ingredientes:

Tarta riccota.

• 6 Hojas de pasta filo
• Mantequilla para pincelar
• 300 g. Queso riccotta
• 50 g. Queso parmesano
• 3 Huevos
• 100 g. Leche
• Sal
• Pimienta
• Albahaca
• Aceite oliva virgen

Elaboración:

Derretimos la mantequilla y pincelamos el molde que vayamos a utilizar. Procedemos de la misma manera con las hojas de pasta filo, es decir, las impregnamos una a una de mantequilla y las acomodamos al molde elegido.

Batimos los huevos y añadimos el queso removiendolo bien, para que quede una mezcla totalmente sin grumos, agregamos el parmesano y salpimentamos.

Vertemos sobre la masa filo y colocamos sobre ello, los tomates y los esparragos. Horneamos a 180º unos 30 minutos o hasta que veamos que esta cuajado. A mi me gusta que esté poco hecho y las verduras un poco al dente.

 Dejamos enfriar y damos un poco de brillo con un hilo de aceite de oliva virgen, y decoramos con unas escamas de sal y un poco de albahaca.

La masa se puede sustituir por otra a vuestro gusto, a mi me gusta la filo porque me encanta el punto crujiente que tiene. Esta tarta se puede tomar tanto tibia como fria.